La digestión anaeróbica es uno de los procesos que intervienen en la obtención del biogás. Durante ésta digestión, algunos de los materiales orgánicos que componen la mezcla del biodigestor, se transforman en un gas rico en metano.
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Ventajas de la digestión anaeróbica
Este proceso permite gestionar y convertir gran cantidad de residuos, desechos de la industria alimentaria, estiércoles y otros derivados de las industrias papeleras, en productos útiles y económicamente bien valorados. Además, es un proceso que transforma en metano el 90% de la energía disponible en la mezcla, pues solo consume un 10% de la energía en el crecimiento de las bacterias. Por otra parte, la digestión aeróbica es un proceso menos eficiente, pues el crecimiento bacteriano tiene un consumo energético más elevado, entorno al 50%.
Productos de la digestión anaeróbica
Una vez finalizada la digestión anaeróbica que tiene lugar dentro de una planta de biogás, se puede afirmar que hay dos productos diferentes: una mezcla gaseosa y un residuo líquido.
Mezcla gaseosa: Biogás + impurezas
La mezcla obtenida directamente del biodigestor es un gas rico en metano, pero también contiene otros gases que deben ser eliminados. Los principales componentes de la mezcla son: 70 % metano, 30% el dióxido de carbono y trazas de otros gases (entre los que se encuentran el vapor de agua y el ácido sulfhídrico). Esta mezcla se somete a una serie de procesos que lo hacen apto para el empleo en generadores eléctricos o como gas combustible.
Mezcla líquida: Bioabono
La composición y cualidades del abono obtenido en plantas de ecogeneración, depende en gran medida de los sustratos empleados para obtener el biogás. No obstante, durante el proceso de digestión anaeróbica que tiene lugar en el biodigestor, parte de la materia orgánica se transforma en gas metano y, por tanto, el producto se mineraliza. Es decir, al mineralizarse la mezcla disminuye el contenido de nitrógeno orgánico y se incrementa el de nitrógeno amoniacal. Este bioabono producido es de gran calidad y suele tener una vida útil de 6 meses, durante los cuales puede ser almacenado hasta ser empleado.
¿Por qué no se emplea la digestión aeróbica?
La digestión aeróbica se diferencia de la anaeróbica en que el proceso se realiza en presencia de oxígeno. En una planta de biogás (digestión anaeróbica) el biodigestor es un recipiente que está herméticamente cerrado para evitar la presencia de oxígeno y, en cambio, en un proceso aeróbico, el recipiente no debe ser hermético, pues se debe facilitar la entrada de oxígeno.
Durante este tipo de digestión, bacterias y protozoos actúan sobre la mezcla orgánica y la transforman en productos finales gracias a la oxidación de la materia orgánica y la auto-oxidación de la materia celular.
El principal motivo por el que no se emplea este tipo de digestión en las plantas de biogás es la necesidad constante de oxígeno que demanda la mezcla. Que la digestión se produzca en presencia de oxígeno, obliga a ventilar y oxigenar continuamente la mezcla para obtener los productos y, por tanto, esto conlleva un elevado gasto de producción (no se consigue una buena eficiencia energética). A pesar de ser procesos más simples, si se compara con la elevada complejidad de la digestión anaeróbica, su elevado costo de producción hace que no sea viable como fuente de energía renovable.
¿Quién es el responsable de estos procesos?
El biogás se obtiene gracias a la contribución de la población microbiana (bacterias, protozoos, etc.) que digiere la materia orgánica (los residuos), en presencia o ausencia de oxígeno, produciendo metano y derivados ricos en nitrógeno amoniacal (abono). Por tanto, una planta se encarga de crear un ecosistema donde proliferen un determinado tipo de bacterias y un sistema para la recogida y tratamiento de los productos que generan los microorganismos.