Las energías renovables se generan utilizando diversas técnicas enfocadas a evitar la degradación del medio ambiente y, por tanto, emplean las fuentes naturales para generar energía. El objetivo es emplear recursos abundantes, limpios y que contribuyan a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. Algunas de las más convencionales son las siguientes: hidráulica, solar-térmica, solar-fotovoltaica, biogás, eólica o geotérmica.
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Energías renovables, energías limpias
A pesar de buscar la rentabilidad de quienes empleen energía limpias, las renovables buscan principalmente una contribución a evitar el cambio climático. Toda energía produce un impacto ambiental, pero el objetivo debe ser minimizarlo al máximo. Según un estudio realizado por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la energía minihidáulica alcanzó una puntuación de 5 ecopuntos en el estudio y la energía obtenida del lignito una puntuación de 1735 puntos. A mayor número de ecopuntos supone un mayor impacto ambiental y, por tanto, una mayor influencia negativa en el ecosistema.
Fuentes inagotables
A parte de tener menor impacto ambiental, las energías renovables son inagotables y permiten a los consumidores una mayor independencia frente a las derivas que sufren los precios de los combustibles fósiles. Si esto se traslada al mundo empresarial, lo que se logra es una mayor estabilidad en el consumo, pues el precio que se pagará por la electricidad no dependerá de políticas exteriores o terceras empresas.
En definitiva, las renovables proveen de una fuente inagotable de recursos a un precio estable. Por tanto, una vez amortizada la instalación, las ventajas son tan grandes que ofrecen a cualquier empresa una gran ventaja respecto a la competencia.
Futuro: Del consumidor al prosumidor
Actualmente nuestra sociedad se caracteriza por ser consumidora de energía. Pese a que cada vez más gente e industrias se animan por producir, la mayoría se conforma con consumir al precio que imponen las eléctricas. Las tendencias actuales y el futuro agotamiento de los recursos, llevará a nuestra sociedad a convertirse en prosumidores energéticos. Es decir, un prosumidor es un individuo o empresa que produce y consume energía a través de una red que une a todos los prosumidores.
Al igual que actualmente todos y todo se encuentra interconectado en una red llamada Internet, dentro de unos años habrá otra red eléctrica que una a los prosumidores energéticos. De esta forma, y a un coste muy bajo, podremos ceder la energía sobrante y consumir el sobrante de otros cuando tengamos un consumo más elevado.
Esto que parece ciencia ficción ya se está empezando a implantar en algunos parque tecnológicos que obtienen parte de la energía que consumen a través de las renovables, por lo que en unos pocos años este tipo servicios será igual de corriente que Internet o la televisión.
La importancia del biogás en las renovables
Es una fuente inagotable más de energía pero que tiene un papel fundamental en varios sectores productivos. La obtención de este gas implica la gestión de gran cantidad de residuos, gracias a los cuales se obtiene energía y derivados de alto valor económico.
En definitiva, mediante la producción del biogás rico en metano en las plantas de biogás, se consigue gestionar los desperdicios de las industrias ganaderas, agrícolas y alimentarias, obteniendo a cambió energía limpia y abonos de alta calidad. Por tanto, supone un ahorro en la gestión de residuos a la vez que genera riqueza, mediante la venta de energía y los abonos producidos.